Su pulpa es blanca con textura crujiente y sabor fuerte y picante. Para comerlos se cortan en dos o en cuatro partes y se rocían con jugo de limón y sal; también se rebanan y se añaden a ensaladas de lechuga y tostadas, también son parte de las guarniciones para el pozole. También es conocido como rabanito, y en náhuatl de la sierra Norte de Puebla como rabanosquilitl.